exhibicionismo, el arte provocador

Una exploración fotográfica del exhibicionismo como acto estético de libertad y afirmación personal.

¿Por qué nos llama el exhibicionismo?

El exhibicionismo nos incomoda porque habla de algo profundamente humano: el deseo de ser visto. No de ser reconocido por nuestras ideas o acciones, sino por nuestra simple existencia física. El cuerpo que se muestra no está pidiendo aprobación, está exigiendo presencia.

Exhibitionist Art nace como una exploración visual de este territorio ambiguo y profundamente humano. No pretende juzgar ni glorificar, sino retratar —con lenguaje fotográfico— las múltiples formas en las que el cuerpo aparece como interrupción, provocación o susurro. Desde el flashing hasta el buttcrack, desde lo accidental hasta lo ceremonial, desde lo insinuado hasta lo frontal, este proyecto rastrea los gestos que colocan lo íntimo en el espacio público. Lo que en otros contextos se descarta como vulgar o trivial, aquí se reconfigura como símbolo, como narrativa, como imagen.

Sobre mí

Durante más de 20 años he explorado el cuerpo a través de la fotografía, un viaje que me llevó de Sitges, España, a mi hogar en Ciudad de México. Para mí, el cuerpo es un territorio de vulnerabilidad y deseo que encuentra su lugar en lo público. Me fascina la conexión entre quien se muestra y quien observa, buscando el momento exacto en que la provocación se convierte en pura presencia. Mi fotografía es una invitación a transformar la mirada.

Anasyrma

En los antiguos mitos, una mujer levantaba su falda para espantar demonios, para hacer retroceder la desgracia.


El gesto se llamaba anasyrma: una revelación súbita del cuerpo como conjuro, como poder que desarma la mirada del mal.

Antes de ser deseo, mostrarse fue defensa.


La exposición no era sumisión, sino un acto de fuerza: el cuerpo convertido en amuleto, en frontera luminosa entre lo humano y lo divino.

Voyeur

El voyeur nació con la curiosidad de ver lo prohibido.


Su figura recorre la historia: Acteón espiando a Artemisa, el hombre que miró a Lady Godiva y quedó ciego, el espectador que se oculta tras la cortina.

Cuando la mirada se volvió imagen, el voyeur se convirtió en fotógrafo.
Ya no mira desde la sombra: observa desde el encuadre.
Lo que antes fue transgresión ahora es arte,
y lo que fue castigo se transformó en lenguaje.

Exhibicionism

El voyeur nació con la curiosidad de ver lo prohibido.


Su figura recorre la historia: Acteón espiando a Artemisa, el hombre que miró a Lady Godiva y quedó ciego, el espectador que se oculta tras la cortina.

Cuando la mirada se volvió imagen, el voyeur se convirtió en fotógrafo.
Ya no mira desde la sombra: observa desde el encuadre.
Lo que antes fue transgresión ahora es arte,
y lo que fue castigo se transformó en lenguaje.

Ediciones limitadas

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